Sonia María Cunliffe: Un hombre y una mujer


Un hombre y una mujer
  
  Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la
                   violencia se practica a  plena luz del día.


                                                          Jhon Lennon




Este proyecto se basa en un archivo fotográfico que pertenece a la colección de  pornografía del anticuario Jorge Bustamante. Él había recibido una pequeña maleta con fotos, documentos, negativos, bolsas con vellos púbicos, etc. Compró la mitad de la historia y la otra mitad fue a parar a Argentina. Si tienen curiosidad la pueden buscar en la página web del Museo Erótico de Buenos Aires como "la historia de César y Paquita.
Al recibir la invitación para participar en la Bienal de Fotografía de Lima (marzo de 2012) inmediatamente me vino a la mente una postal que había visto en la colección de Jorge, que decía: “Pepita: Mírame que estoy mirándote. Con el alma, con el corazón. Tuyo y sólo tuyo. César”. Esa frase fue la que dio inicio al proyecto, ya que la Bienal tenía como propuesta “otra mirada a la fotografía”. Así me apropié del archivo para interpretarlo a mi manera. De esta forma planteo la historia de Cesar y Paquita, una pareja que empieza una relación en el año 1927 y mantienen muchos intercambios amorosos, los cuáles son registrados exhaustivamente por Cesar, quien hace listas de los encuentros furtivos detallando cada avance o arrebato, detrás de fotografías, postales y cartas de amor .
César y Paquita se reencontraron en el año 1959 y decidieron tomarse una sesión fotográfica teniendo sexo, la cuál fue registrada paso a paso o mejor dicho “pose a pose” por el propio Cesar, de una manera totalmente artesanal.
Mi proyecto está formado por tres piezas: un catre con lupas, una mesa de luz y un libro  objeto. La mesa de luz muestra los documentos, fotos de la pareja y algunos de los negativos encontrados, estos están colocados dentro de un pequeño catre con lupas. El catre grande cuenta con lupas y fotografías de la pareja haciendo el amor, tomadas por César. El libro objeto fue diseñado como un libro de postales antiguas, basándome en la que César le envía a Paquita.
Mi propuesta con esta obra es llamar la atención frente al hecho de que vivimos en una época tan hipersexualizada como manipulada. Los medios invaden nuestra retina con imágenes donde lo “atractivo” se muestra a través de cuerpos firmes y frescos. Nos venden la idea que el deseo naturalmente tiene que ver con la juventud, con lo “lindo” y lo esbelto. Nos hicieron creer que el deseo fuera de término debe ser reprimido, nos enseñaron a considerar vergonzoso y marginal el sexo en la vejez. Nuestra mirada se estandarizó al ser educada en lo deseable y así creemos que ser joven significa ser más amado.
Así César y Paquita en la vejez reanudan sus encuentros sexuales y como todo buen fotógrafo, César es voyeur y sistematiza cada encuentro con una necesidad de crear la memoria de sus deseos. Convierte a la fotografía en la prueba de sus hazañas eróticas, y el cable de la cámara (visible en varias tomas cruciales) es el nexo entre su sexo y su pupila.
Al revelar estos negativos antiguos y ver develados estos impúdicos gestos, decido trasformarlas en pequeñas fotografías que necesitan ser espiadas a través de las lupas focalizadas en las escenas que nos esforzamos en mirar o quizás evitar. La trasgresión sexual de una pareja anciana se revela como la excusa para replantear una serie de prejuicios en nuestras mirada, lo perturbador no está en el acto sexual desde lo vetusto, sino en el acto fotográfico que lo prolonga hacia esa zona de nuestra libido en la que nunca caduca el deseo.
La idea de trabajar con tantas miradas paralelas me fascinó: la mirada de César, la del coleccionista que decide comprar el archivo, la mía pues me siento totalmente seducida por la pareja y la del espectador que se siente libre de reinterpretar como quiera la historia, eligiendo su propio camino para ver las fotos y para asignarles significados. Lo cuál ocurrió, ya que la gente se conectó totalmente con la historia, todos querían saber mas detalles, si eran amantes, hacían conclusiones me enviaban mail con sus teorías, o contándome como se habían sentido conmocionados con las imágenes y la historia.

Sonia María Cunliffe Seoane





            









2 comentarios:

gildacallegari dijo...

tengo una de las fotos de la Bienal en mi muro, especialmente la tuya porque me intrigaba saber que habia detras de las lupas donde la gente se acercaba a mirar...y aqui tengo la respuesta...me quedo asombrada!!! mucha creatividad y sentimiento que busca compartir lo primario, lo genuino...tambien transparente y natural, Sonia magnifico!

Anónimo dijo...

Que bello trabajo de carambolas temporales, la frase de Lennon es clave por supuesto pero la demostración de la infinita riqueza de la urdimbre de la cual está hecha la realidad o de que muchas veces la parte es mucho más que el todo nos devuelve a nuestra propia humanidad feliz.

RD